sábado, 21 de agosto de 2010

Doctrinas Clave - Edwin H. Palmer

Felire. Países Bajos. 88p.

El título Las Doctrinas Claves puede ser desorientador. Este libro no pretende juntar toda la enseñanza bíblica, ni tampoco sistematizar todas las doctrinas que el cristiano debe conocer y entender para su bien como cristiano. El objetivo de este libro es presentar al lector cinco doctrinas claves.

Mientras existen otras doctrinas de gran importancia, estas cinco son las básicas para su desenvolvimiento como cristiano frente a Dios y el mundo. Al no conocerlas no sólo en forma intelectual sino también en su propia vida, ellas amoldarán su manera de pensar como también servirán de base para las demás doctrinas bíblicas.

La primera doctrina se enfoca sobre la condición del hombre, es decir, su depravación total. Actualmente escritores en las ciencias humanas tratan de describir lo que es el hombre dentro de su realidad actual. Para Freíd, el problema del hombre está al nivel sexual. Para Marx, la realidad socio- económica amolda al hombre. El es nada más o menos que el reflejo de su realidad. La palabra de Dios entra en juicio sobre el hombre por su estado de rebelión frente a Dios, y su degeneración personal y social. La Biblia nos presenta un retrato completo del estado del hombre – su depravación total.


La segunda doctrina nos presenta un Dios de amor y misericordia. Un Dios que incondicionalmente elige del fango del mundo, a su pueblo, para rescatarlo, regenerarlo y restaurarlo a la plenitud de vida. Mientras Dios ama a todas sus criaturas, El antes de la fundación del mundo, se fijo en su pueblo preferido. Un pueblo que en si no tubo nada de qué jactarse. Un pueblo sin valor antes de que Dios extendiera su amor en elección. Un amor que ha elegido personas de toda tribu, nación y lenguaje para compartir en su pueblo. Una amor que ha elegido “una gran multitud, la cual nadie podrá contar” (Apocalipsis 7.9).

La tercera doctrina nos muestra cómo Dios salvó a su pueblo. La salvación para su pueblo se consiguió en la Cruz del Calvario. Cristo murió en la cruz en el lugar del pecador, aquella persona que Dios el Padre eligió en su amor. Cristo tomó sobre sí, el castigo que el pecador merece para que él recibiera la justicia de Cristo, Ahora el pecador, conoce perdón de pecados, restauración con Dios y la gracia de Dios sobre su vida. Cristo en verdad murió por su pueblo para que sea verdaderamente un pueblo de Dios.

La cuarta doctrina nos señala la obra del Espíritu Santo al atraer el pecador a Cristo. El es el que da la nueva vida que hace posible escuchar y entender el mensaje del Evangelio. El es el que convencerá al pecador de su pecado y su situación trágica. El es el que da fe al pecador para confiar en el Señor como También arrepentirse. Sin la obra del Espíritu Santo eficazmente atrae al Señor en una forma suave y dulce, a los pecadores elegidos al señor.

La quinta doctrina da mucha confianza como también esperanza al verdadero cristiano, elegido por el amor de Dios, justificado por la muerte de Cristo en la Cruz y la regeneración por el Espíritu Santo. Es la doctrina que nos muestra el verdadero cristiano es salvo para siempre. Su salvación verdaderamente es asegurada, no sobre cualquier esfuerzo humano, sino por la intervención constante del poder de Dios. El que Dios el Padre ama, le protege. El que Dios el Hijo rescató, le sostendrá. El que Dios el Espíritu Santo regeneró, le santificará. Todo viene al cristiano por la gracia no merecida de Dios para con él.

Libro completo suministrado por FELIRE.

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