viernes, 20 de agosto de 2010

¿Qué es política cristiana frente a la del mundo? - A. Janse

Felire. 1933(1996 3ed.). 88p.

Este importante libro de A. Janse nos había, a la luz de la Palabra de Dios, acerca de la vocación de la iglesia de Jesucristo en relación con la vida política. La vida en comunión con el Señor también tiene relación con el acontecer político, pues también éste está en manos de Dios, y asimismo la Palabra de Dios, en los acontecimientos políticos, indica a la iglesia el camino a seguir. Sobre la vocación política de autoridades y súbditos existe en la cristiandad, incluso hoy en día, mucha confusión que, como consecuencia, origina riadas de sangre. El escritor de este libro nos hace ver lo que esta vocación política, a la luz de las Sagradas Escrituras, realmente encierra y lo que excluye.

En el capítulo I nos muestra que todas las autoridades han sido puestas de parte de Dios, para hacer justicia y para cuidar de que todas las cosas en la vida pública discurran en buen orden. Para esto el Señor ha investido de poder a las autoridades; no en vano, pues, llevan la espada (Rom. 13:4). Por tanto, las autoridades tienen derecho a ser respetadas, y la iglesia orará por ellas (1 Tim. 2:1-2). La Palabra de Dios habla muy positivamente acerca de la institución de la autoridad.

En el capítulo II, el autor de este libro nos hace ver cuán mal entendida fue en el pasado de la cristiandad la vocación de la autoridad y de los súbditos. Autoridades "cristianas", llevadas de un caprichoso fanatismo religioso, pusieron su espada al servicio de la iglesia, para extender el "Reino de Dios", si bien la Palabra de Dios pone de manifiesto que el Señor quiere edificar Su iglesia por Su Palabra y Su Espíritu, y no con la violencia. Sin embargo, autoridades opinaron servir a Dios con el allanamiento de los derechos ciudadanos de sus súbditos, para complacer a la iglesia. La historia también nos hace ver ciudadanos o súbditos que desecharon y menospreciaron el ministerio u oficio de la autoridad (v.g., los anabaptistas), porque pertenecería al "mundo" y no al "Reino de Dios". Estos no vivieron a la luz de la Palabra de Dios, sino según su "propia luz interior". Y también ellos quisieron edificar el Reino de Dios, segando los derechos civiles de otros (con revueltas iconoclastas, destrucción de iglesias).

En el capítulo III, el escritor pone de relieve, que la vocación política de la iglesia de Dios es dar testimonio, no contra las autoridades como tal, sino contra los muchos "ídolos" en el terreno político que por ambos, autoridades y súbditos, son servidos. También nos descubre a estos ídolos tal cual son. De esta forma, la iglesia de Dios, dentro del marco de las posibilidades políticas que el Señor la concede, puede ser, también en el ámbito o terreno político, una sal que sazona y una luz que brilla y alumbra. Ojalá que este libro, que por primera vez vio la luz en 1933 pero que no ha perdido nada de su actualidad, con la bendición de Dios, sea de ayuda a la iglesia en la comprensión de su vocación política en estos tiempos


Libro completo suministrado por FELIRE.

Si el vínculo no funciona puede ver el documento AQUI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario